La sociedad, los jóvenes y la escuela en la actualidad
Los jóvenes están “mal”, lo que despierta una preocupación generalizada, se confunde con el miedo, con la “sospecha de peligrosidad y la sensación de “este me roba”, solo por portar una gorra” en vez de apuntar a las razones del malestar, a las responsabilidades sociales y a pensar ¿Qué es y lo qué será de los jóvenes?
En nuestro país la pobreza, el desempleo, la violencia social afectan sobremanera a los niños, adolescentes y jóvenes. Esto hace que, muchas veces no concurran o abandonen las escuelas, ya sea por no encontrar en ellas respuestas para mejorar su condición o porque deben garantizar la subsistencia propia y la de su familia.
“En los márgenes de la vida se estrecha: de un lado está lo inaccesible, del otro el abismo. El presente no tiene mayor sentido para quienes no pueden percibir el futuro como un abanico de posibilidades, un enigma, un desafío. Han perdido la esperanza, a lo sumo creen en promesas. Y cuando se apropian del mensaje de que la vida no vale nada, y se drogan, y son violentos, el problema es las adicciones y la inseguridad. Y si no sucumben y aguantan son marginales; y por eso mismo una amenaza, un riesgo.” (Kantor. 2005. p 4)
La brecha que existe entre las clases sociales, hoy ya no es tan grande si lo pensamos desde las problemáticas actuales como las adicciones, violencia, abandono, entre otros. La mayoría de nuestros jóvenes sufren, y mucho, cada vez son más los que caen en las drogas, o son abandonados. Esto nos lleva a la pluralidad, es decir adolescencias y juventudes, no podemos hablar de los jóvenes como si fueran todos iguales, porque existe una diversidad cultural, cada adolescente es único. La brecha social-económica, trae aparejado la injusticia que deja marcas profundas en la vida de jóvenes y adolescentes vulnerables, que no tienen las mismas oportunidades que aquellos de sectores más favorecidos.
El desafío es entonces ¿Cómo contribuimos a disminuir esta brecha social?
Lo predominante en los medios de comunicación acerca de los adolescentes y jóvenes está relacionado a hechos delictivos, “descontrolados”, violentos dotados de un alto grado de sensacionalismo y estigmatizantes. Esto refuerza la visión de los jóvenes como amenaza y riesgo. En el espacio público no se vislumbra una preocupación y/o discusión por la realidad adolescente y por los derechos.
“La noción de adolescentes y jóvenes como legítimos sujetos de derecho es un punto de partida y una posición irreductible. Supone una mirada y unas prácticas orientadas a la afirmación de los derechos vinculados con las condiciones básicas de existencia: la identidad, la educación, la salud, entre otros, así como el derecho a tener opciones y posibilidades reales de elegir, de progresar, de imaginar futuros posibles, de protagonizar la propia vida.” (Kantor. 2005. p 5)
La Ley 26.206 en su artículo 3, menciona: la educación es una prioridad nacional y se constituye en política de Estado para construir una sociedad justa, reafirmar la soberanía e identidad nacional, profundizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, respetar los derechos humanos y libertades fundamentales y fortalecer el desarrollo económico social de la Nación.
Esto nos lleva a trabajar sobre el reconocimiento de los derechos y el status de ciudadanos, esto procurara oportunidades y condiciones para la demanda, la propuesta, la autonomía y la responsabilidad. Confrontando con los relatos expiatorios y con los propios adolescentes evitando que asuman la exclusión, la determinación a un recorrido marginal de horizontes empobrecidos. También porque en la adolescencia se necesita confrontar y romper a fin de construir identidad (entre el extrañamiento y la desorientación, la reapropiación del cuerpo, la resignificacion de los espacios cercanos, y la apropiación de lo social).
“En este tránsito, las referencias identificatorias que se ofrece a los/as adolescentes podrán contribuir positivamente al trabajo psíquico y social que implica la constitución de su subjetividad, toda vez que se acompañen de intervenciones afirmativas: afirmativas porque contribuyen a afirmarlos, y porque se desmarcan de supuestos y prácticas que sistemáticamente los niegan o los negativizan.” (Kantor. 2005. p 5)
El Artículo 30, de la ley 26206 dice: La educación secundaria en todas sus modalidades y orientaciones tiene la finalidad de habilitar a los/las adolescentes y jóvenes para el ejercicio pleno de la ciudadanía para el trabajo y para la continuación de estudios.
Para contribuir a la constitución de la subjetividad en adolescentes y jóvenes consideramos los aportes de Bleichman (2005) quien hace mención de nuevas formas de subjetividad y nuevas formas de enlace (amoroso o de odio al semejante). Ha habido cambios en los procesos de subjetivación, lo que acarrea nuevos modos de conducta, en particular modos brutales de relación entre los chicos que antes sólo tenían lugar como productos fantaseados o como deseos reprimidos, estas nuevas formas dan cuenta de que estas acciones no están sólo guiadas por la miseria material de quienes las ejercen sino por el resentimiento y el odio que han generado las frustraciones y promesas incumplidas que sufrieron. Por otro lado, los nuevos métodos de enlace, “ligador” y no destructivo, son aquellas formas diferentes con las cuales se establecen los nexos de ensamblaje que reemplazan las antiguas formas familiares, tradicionales, de agrupamiento. Es necesario entonces recomponer el concepto con el que articulamos la noción de familia, para ello es oportuno recuperar ese término que la antropología acuñó: el de “filiación”. Por lo tanto una familia no la constituye una pareja estable (alianza), sino que la constituyen dos generaciones con cierta estabilidad en el ejercicio de sus funciones.
Volviendo a la constitución de la subjetividad, entendiéndola como “formación del sujeto” brindando herramientas, no para la producción, sino para la socialización, es necesario redefinir qué lugar le vamos a dar al proceso de re-subjetivación en la formación escolar, pues es común observar que en el funcionamiento de los planes educativos se establecen ciertos “objetivos” mientras los alumnos y su entorno sufren diferentes situaciones complejas.
Por otra parte el proceso de dessubjetivación, que quiere decir pérdida del sentido del conocimiento en un sujeto, está influenciado por la reducción del aprendizaje sólo para poder sobrevivir. Porque entonces el conocimiento sólo sirve para mantenerse biológicamente vivo, o conservar alguna forma de inserción en la sociedad que no implique desaparición, pero que no conlleva ningún tipo de protagonismo.
De qué hablamos cuando decimos inclusión socioeducativa
Entendemos por inclusión socioeducativa al acompañamiento en las trayectorias de los alumnos para garantizar el derecho integral a la educación. Y que esta sirva a las personas menos favorecidas, logrando de esta manera una mayor justicia social, llevando a cabo, como dice Connell, un “curriculum contrahegemónico”, el cual incluye a los sectores favorecidos como desfavorecidos, no dirigiéndose solo a los sectores favorecidos como lo hace el “curriculum hegemónico”. A fin de desarrollar el conocimiento, las habilidades, las actitudes y los valores que capacitaran a nuestros jóvenes para participar como ciudadanos activos.
La implementación del curriculum contrahegemónico nos lleva a la creación de un currículo inclusivo, que nos permite no solo ser flexibles en muchos aspectos educativos sino también en las situaciones cotidianas de los alumnos, adaptarnos a su realidad personal ya que “hay alumnos que hacen trayectorias educativas continuas, que no completan su escolaridad y tenemos chicos que realizan trayectorias escolares signadas por la discontinuidad. Así que continuas y completas son dos rasgos que esperamos poder imprimir a las trayectorias escolares” (Terigi, 2010).
Siguiendo la idea de Flavia Terigi la trayectoria escolar, comprende dos conceptos: trayectoria teórica y trayectoria real. Al hablar de trayectoria teórica nos referimos al ingreso escolar a tiempo, la permanencia, obligatoriedad, el avanzar un grado por año y aprender. Aunque el avanzar un grado por año no garantiza el aprendizaje. En la actualidad la trayectoria teórica, si bien es viable, no se ve en las escuelas ya que la trayectoria real se manifiesta con: el ingreso tardío, la repitencia, el abandono escolar, la discontinuidad, entre otros.
Es importante decir que en la transición de un nivel educativo a otro vuelve a aparecer el problema: ingresan, no ingresan, ingresan a tiempo, o se van, empiezan, abandonan, aprenden, no aprenden.